Escrito por Ainhoa Baucells

Adaptación del bebé a los cambios de estación

¿El cambio de estaciones afecta a los bebés?

De la misma forma que los adultos notamos los cambios inherentes al paso de las estaciones, estos cambios también afectan a la salud de los más pequeños. Desde los cambios en la piel o las alergias, hasta la astenia primaveral.

Astenia primaveral en bebés y niños

La astenia primaveral es una sensación de cansancio y debilidad relacionada con el inicio de la primavera. Y, aunque es más común en adultos (porque los peques suelen ser bastante ‘’todoterrenos’’ y se suelen adaptar mejor a los cambios), evidentemente los bebés y los niños también pueden experimentarla.

En los bebés, puede manifestarse a través de cambios en su comportamiento habitual como por ejemplo, que notes que tu bebé está más irritable, que duerme más de lo normal o que, por el contrario, tiene más dificultades que antes para conciliar el sueño.

Estos cambios pueden deberse a las variaciones en los horarios y hábitos de vida por el aumento de horas de luz y por los cambios en la temperatura y en la humedad ambiental. Para ayudarlos con este proceso, intentaremos mantener sus rutinas lo más inamovibles posible.

 

Alergias en los cambios de estación

Aunque las alergias ambientales (a pólenes o ácaros) no se suelen desarrollar siendo lactante, sino siendo un poco más mayores, si notas que tu peque estornuda bastante al levantarse, tiene un moqueo acuoso de forma continua, le pica muy a menudo la nariz y/o los ojos; se debería considerar las alergias estacionales.

Ya que durante la primavera el polen y otros alérgenos están en el aire en mayores concentraciones. Y aunque los bebés tienen sistemas inmunológicos inmaduros y no suele ser algo habitual, no son inmunes del todo.

bebés y cambios de estación

Prevenir los cambios de estación en bebés

La clave para que a tu bebé le afecten lo menos posible los cambios de estación, radica en ser precavido e informarse de cómo cuidarlo. A continuación, te ofrecemos algunas recomendaciones prácticas.

 

Protección solar en bebés

Si a cualquier edad protegerse del sol es esencial, proteger del sol a los más pequeños es vital (literalmente). Ya que la piel de los bebés es mucho más delicada y sensible a los rayos UV que la de los adultos. Estas radiaciones solares pueden ser causantes de cánceres (el 80% de los cánceres de piel en la edad adulta se podrían evitar protegiendo bien a los niños desde pequeños), además aumentan el riesgo de desarrollar cataratas oculares, quemaduras y de provocar envejecimiento cutáneo precoz.

Por lo tanto protegeremos siempre a nuestros bebés y niños pequeños según las recomendaciones oficiales:

  • Si el bebé es menor de 6 meses no se debe exponer al sol. En el caso de hacerlo, no se recomienda aplicar fotoprotector debido a la inmadurez de su piel. Deberemos protegerlo mantenerlo a la sombra y tapándole la piel con ropa ligera de manga larga y/o sombreros de ala ancha. Y utilizar gafas de sol con filtros UV si vemos que las tolera.
  • Si el bebé es mayor de 6 meses (aunque aún tampoco se recomienda exponerlos al sol) podremos protegerlo con algún fotoprotector de filtros físicos o minerales, además de intentar mantenerlo a la sombra lo máximo posible y seguir protegiéndole con medidas físicas (sombreros, ropa...) y con gafas.
  • Y si el niño/a es mayor de 3 años ya se puede exponer al sol pero utilizando siempre fotoprotectores químicos o físicos y además teniendo en cuenta todo lo menciona anteriormente (sombra, ropa, gafas...).

A cualquier edad se recomienda evitar la exposición solar directa durante las horas pico de radiación solar, que suele ser generalmente entre las 12 y las 17 horas.

 

cambios de estación en los bebés

Hidratación del bebé

Mantener una hidratación adecuada es vital para el organismo, sobre todo en días cálidos. Y una vez más, esto es especialmente importante en los bebés y niños pequeños, ya que pueden deshidratarse más rápido que un adulto debido a ser menos conscientes de su sensación de calor y/o sed y a tener una menor capacidad de retener líquidos.

Para los bebés que todavía están siendo amamantados (tanto al pecho como con lactancia de fórmula), la leche materna es suficiente para mantenerlos hidratados. Debemos asegurar que la lactancia es a demanda. Ya que podrían demandar más a menudo por el hecho de tener sed.

Para los bebés que ya han comenzado la alimentación complementaria, además de seguir con la lactancia a demanda, hay que asegurarse ofrecerles agua frecuentemente y alimentos ricos en líquidos, como frutas y verduras frescas.

 

Irritación de la piel de los bebés

El calor puede alterar el estado de la piel de tu bebé causando irritación, sequedad o erupciones debidas al sudor (por ej. sudamina).

Para prevenir y tratar las diferentes alteraciones de la piel, va bien mantener una rutina de cuidado adecuada. Bañar al bebé con agua tibia y jabón suave, y aplicar una loción calmante y/o leches o lociones hidratantes para bebés (no ungüentos ni cremas muy espesas) después del baño para mantener la piel limpia y protegida.

Para evitar la sudamina o miliaria, ponle ropa ligera y transpirable (tejidos de algodón o lino), y asegúrate de que su piel esté limpia y seca (evita la sudoración excesiva manteniendo el ambiente fresco).

En resumen, los cambios de estación pueden influir en la salud de los bebés. Pero sabiendo cuales son los cuidados adecuados, se pueden minimizar los efectos adversos que éstos tienen sobre ellos. Es importante consultar al pediatra ante cualquier duda o síntoma que os preocupe.

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